Llevo tiempo fijándome en las invitaciones de boda y los llamados Save the Date. Estas tarjetas pueden ser de lo más tradicional a lo más original, de lo más complejo y rococó a lo más simple y minimalista. Y lo bueno es que todas pueden ser maravillosas, tan diferentes como los novios y las parejas que las eligen. La última que me ha llamado la atención es esta. El mensaje no puede estar más claro y el que la recibe se hace partícipe literalmente de esa unión. Simplemente genial.
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