Hace unos días saltó una noticia que aún me tiene con los pelos de punta: la
recomendación a niños menores de tres años y embarazadas de no comer atún rojo ni pez espada por el alto contenido en mercurio. Bufff
No sé qué es más, terrorífico o triste, pero lo que no entiendo es que mucha gente se quede indiferente ante semejantes pruebas de que nos estamos cargando el planeta ¿Qué van a comer nuestros hijos en el futuro si seguimos aceptando estas cosas como normales?
Los retratos del ruso
Oleg Dou, para mí, muestran a estos niños, mutantes a caballo entre la fantasía infantil y la realidad virtual. Curiosamente, se ha basado en los
retratos postmortem del siglo XIX para hacer estas fotografías que luego retoca hasta conseguir este inquietante aire irreal. Retratos que realizaban los padres de las criaturas que se les morían prematuramente y que en muchas ocasiones trataban de aparentar vida.
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