Hoy toca una animación en stop motion de Ching Wen Wu para ilustrar el momento del café.
¡Feliz fin de semana!
viernes, 27 de mayo de 2011
jueves, 26 de mayo de 2011
Espejo
Hace tiempo que vi en la Red un espejo enmarcado con pinzas que me pareció muy bonito.
El otro día encontré unas pinzas de madera más grandes de lo normal y tuve que comprármelas pensando en él ¡Y lo he hecho! La verdad es que no tiene mérito porque es muy fácil, pero ya sabeis que lo complicado es sacar tiempo y ponerse a ello. La cinta de la que cuelga tiene historia, así que me gusta por varios motivos ;) pero en el original se utilizaba un lazo normal.
Queda muy bien en pequeños rincones y me recuerda a esos viejos espejos que están tan de moda, al estilo del que aparece en el cuadro El matrimonio Arnolfini
El otro día encontré unas pinzas de madera más grandes de lo normal y tuve que comprármelas pensando en él ¡Y lo he hecho! La verdad es que no tiene mérito porque es muy fácil, pero ya sabeis que lo complicado es sacar tiempo y ponerse a ello. La cinta de la que cuelga tiene historia, así que me gusta por varios motivos ;) pero en el original se utilizaba un lazo normal.
Queda muy bien en pequeños rincones y me recuerda a esos viejos espejos que están tan de moda, al estilo del que aparece en el cuadro El matrimonio Arnolfini
miércoles, 25 de mayo de 2011
Flores domésticas y salvajes
Yo sigo en silencio y mis flores han crecido silenciosamente. Parece que de un día para otro todo estalla en primavera. En el monte es increible cómo cada semana se renuevan sus colores conforme van floreciendo las distintas plantitas. Hace unas semanas todo estaba blanco, como con escarcha. Hoy predomina el amarillo, con una explosión como de fuegos artificiales.
Bueno, os enseño mi mezcla de colores domésticos y salvajes y no me enrollo más ;)
Bueno, os enseño mi mezcla de colores domésticos y salvajes y no me enrollo más ;)
martes, 24 de mayo de 2011
Sin voz
Pues sí, entre grito y grito me he quedado afónica.
(O sea, que en estos días de elecciones, me quedado sin voz pero con voto)
Al principio sentía mucha impotencia, ahora me voy resignando y procuro curarme cuanto antes.
Parece mentira la cantidad de cosas que quiero decir al cabo del día y el esfuerzo enorme que me cuesta emitir algún sonido (bueno, y quedarme callada jejeje)
Ahora hablo todo en susurros y la gente me contesta también bajito, lo cual resulta bastante cómico.
Por otra parte hay quien piensa que desde hace un par de días solo cuento secretos...
(Lo más inquietante -y esto sí es un secreto- es que me he dado cuenta de que, a veces, hablo sola!!!)
(Lo más inquietante -y esto sí es un secreto- es que me he dado cuenta de que, a veces, hablo sola!!!)
lunes, 23 de mayo de 2011
Isaac Cordal
Desde pequeña me han fascinado las cosas pequeñas, de hecho mis juguetes favoritos eran los de menor tamaño. Supongo que también por eso me llaman la atención las obras de arte "mini".
En este caso me he fijado en el gallego Isaac Cordal y sus Cement Eclipses, figuritas antropomorfas de cemento que ha ido colocando en espacios urbanos de diferentes ciudades europeas en los últimos años y que pueden pasar tranquilamente desapercibidas para los viandantes.
Me recuerdan a aquel vídeo de Moby (In this world) en el que unos diminutos extraterrestres venían a saludarnos amigablemente sin que nadie les prestase atención. Y es que los personajes de Cordal nos gritan desde su silencio que en la ciudad el ser humano pierde su identidad y su significado dentro de una masa gris y monónota. Son piezas extrañamente encantadoras y surrealistas para descubrir. Me gustan especialmente las que aparecen medio sumergidas en el agua de los charcos, aún más evocadoras si cabe de lo que nos perdemos a nuestro alrededor.
En este caso me he fijado en el gallego Isaac Cordal y sus Cement Eclipses, figuritas antropomorfas de cemento que ha ido colocando en espacios urbanos de diferentes ciudades europeas en los últimos años y que pueden pasar tranquilamente desapercibidas para los viandantes.
Me recuerdan a aquel vídeo de Moby (In this world) en el que unos diminutos extraterrestres venían a saludarnos amigablemente sin que nadie les prestase atención. Y es que los personajes de Cordal nos gritan desde su silencio que en la ciudad el ser humano pierde su identidad y su significado dentro de una masa gris y monónota. Son piezas extrañamente encantadoras y surrealistas para descubrir. Me gustan especialmente las que aparecen medio sumergidas en el agua de los charcos, aún más evocadoras si cabe de lo que nos perdemos a nuestro alrededor.
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